Paradójicamente la única certeza
que tenemos en éste plano ilusorio de la materia tangible es lo que más miedo
nos causa.
Todos sabemos que todo lo que
podemos tocar tiene fecha de caducidad, y sobre todo éstos lindos cuerpecitos que
a veces amamos o a veces nos avergonzamos, y entonces todo en éste plano
material gira en torno a nuestros cuerpos físicos, les compramos las ropas más
elegantes y los vestimos, peinamos y acicalamos según algunos nos indican es
correcto, los ejercitamos, ó los mandamos al cirujano plástico, les construimos casas para protegerlos del
clima, les compramos vehículos para transpórtalos con comodidad, pagamos mucha
energía para extenderles su duración con pastillas, apostamos por su longevidad
con seguros de vida, metemos a la cárcel a quien atenta con temporalidad y entramos
en una carrera para crear más cuerpos y tener más recursos para su comodidad.
Nos enfocamos tanto en estos
lindos cuerpos que hemos perdido enfoque de lo que en verdad importa, de lo que
en verdad es trascendente, de lo que en verdad nos llevaremos cuando en unos
80-90 años le llegue la fecha de caducidad a este lindo traje.
Y qué es eso que en verdad importa? ¡Qué es lo
que te haría dejar una sonrisa en tu cuerpo al momento de tu embarque? Sólo el
amor que diste, las sonrisas que coleccionaste, las experiencias que con
intensidad viviste, los lugares y personas que conociste y lo que sembraste en
otras almas para que su felicidad encontrasen.
Si en ese momento es
intrascendente lo importante que fuiste, las monedas que coleccionaste, ni las
horas que trabajaste, ni los zapatos que acumulaste.
Gracias a Dios la madre tierra a veces
nos ayuda a recordar lo que es importante, nos da esas oportunidades de
despertar y de mirar pa´ dentro, de recordar que con el alma desnuda todos
somos iguales y que darle la mano a tu hermano es lo que nos hace grandes.
Ya estábamos avisados, desde hace
mucho tiempo sabíamos que la era de la materialidad había terminado y que
llegaba el momento de la interioridad, del despertar al amor más allá de los
apegos.
La tierra no está en caos, ni en
su auto destrucción, simplemente está pariendo una nueva humanidad, una
humanidad con corazón y nos está recordando que abrir el corazón es nuestro
derecho de admisión para seguir en la Tierra.
Podemos tomar la noticia con
miedo ó podemos ponernos a hacer lo que nos corresponde.
Cómo sabes, y la física cuántica lo
ha explicado, creas lo que enfocas tu atención, mentes enfocadas en amor, paz,
felicidad, prosperidad y plenitud lo consiguen, y las mentes enfocadas en lo
contrario también lo consiguen.
¿Desde dónde
vamos a crear hoy?
Talleres, Conferencias y Sesiones Personales:
www.gerardoBautista.Com.mx
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